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Martina (extremo izquierdo) está junto a Daisy, de 15 años, quien está embarazada. Miriam Cruz, esposa de Alex, está con una de sus dos hijas, mientras que Zaida y Grover Isaac Frafán Ortega (extremo derecho) tienen cuatro hijos.
Martina y Miriam, su nuera, pelan papas que cosecharon de su parcela en el campo, en las afueras del municipio de Potosí. Cada dos semanas, la familia se queda en una pequeña cabaña en su terreno mientras cultivan sus productos. Martina convierte las papas en Papa Rellenas, una comida callejera tradicional boliviana que vende a los mineros que regresan del cerro. Los mineros generalmente no comen dentro de la montaña, sino que usan jugo y hojas de coca para calmar el hambre.
Es la matriarca de cinco hijos y diez nietos. A diferencia del resto de su familia, cuya vestimenta refleja la paulatina desaparición de la vestimenta tradicional boliviana en los centros urbanos del país, su pollera o falda plisada tradicional servía de refugio contra los vientos secos para los niños, quienes se escondían entre sus pliegues. La terraza desnuda de la casa de los Cruz está expuesta a los vientos secos del altiplano, y la temperatura desciende varios grados en comparación con las calles resguardadas del centro histórico de Potosí. La casa, construida por Guillermo Cruz, esposo de Martina y compañero de minería de Julio desde los 18 años, ya no es su hogar. Trece miembros de la familia habitan la vivienda de dos habitaciones, junto con una camada de cachorros. Julio está afuera de su oficina, vistiendo su abrigo de alpaca para el frío invierno de Potosí. Encargó a un artesano local que cubriera la fachada del edificio con grafitis que representan mineros perforando en busca de plata y estaño, sirviendo como un recordatorio de las condiciones y la forma de trabajo que desea cambiar a través de su fundación "Un Nuevo Amanecer para los Niños". Un montón de recibos de pagos a los mineros refleja los logros de Julio en su activismo. En 2011, pagó a un abogado para que se reformulara una ley que obliga a todas las empresas de turismo en Potosí a destinar el 15% del precio del boleto a la cooperativa minera que visitan. Fuera de esta cuota, los mineros reciben jugo, hojas de coca y dinamita de los turistas, quienes compran estos productos en el mercado de los mineros. Julio también logró que varias empresas de turismo fueran eliminadas de la guía Lonely Planet, o la "biblia", como él la llama, debido a su trato poco ético hacia los mineros.